Hay cosas que uno no puede hacer solo: discutir, subirse y sujetar una escalera a la vez o doblar una sábana de esas de matrimonio. Yo toda mi vida he pensado que lo ideal era vivir en pareja, por muy extraña que fuera la pareja. De hecho hay parejas que acaban convirtiéndose en trío, parejas que acaban quedándose sin pareja porque no se puede evitar el miedo a no estar a la altura. Hay parejas que son imposibles por definición, por historia, y por física, aunque no por química. O parejas en las que la química se ha ido gastando aunque sigan compartiendo una familia. Familias donde en algún momento hubo una pareja, parejas que fueron en algún momento y ya no son nada. Y eso es lo que más miedo da en la vida…